Ayer bajé a la ciudad y me arreglé un poco más de lo habitual. Estrené un vestido-capa que escondía en un rincón del armario desde hacia tiempo; lo combiné con botas, bolso de terciopelo y pamela de fieltro rosa. Mientras caminaba por una céntrica calle, una chiquilla que acompañaba a su madre exclamó: «Mira qué guapa»; me sentí en la gloria. Últimamente, evito el espejo. El cansancio que arrastro, las ojeras y la edad se notan, pese a que anteayer fuera todavía una niña, y son muchos los días en los que medito sobre esta madurez que ha irrumpido en mi vida con rudeza. He leído sobre el climaterio, pero una cosa es leerlo y otra convivir con él. Me impide dormir, leer, escribir y hasta pensar, pues esa vida apresurada que ya creía abandonada se ha impuesto a la cordura: la aceleración mental me agota y me imposibilita la ejecución de tareas muy nimias. Los ataques de angustia me sorprenden en cualquier sitio y para evitarme males mayores, me veo obligada a dejarlo todo y salir corriendo; nunca pensé que a estas alturas me golpearía una hiperactividad tan brutal, tan dañina. No hallo el modo de aquietar la mente y de vivir de un modo razonable; la irracionalidad campa a sus anchas y deshace lo logrado durante años de logros y esfuerzos. De nada me sirven los trucos de antaño, cuando para desprenderme de zozobras hacía fotos, paseaba o me aprovisionaba de flores. En esta nueva etapa, uno sólo desea que el día se acabe para hallar sosiego y liberarse de dolores. Sé que preciso de paciencia, de mucha más paciencia y sobre todo de aceptación. Hay, sin embargo, momentos en los que me encuentro con esa mujer con la que fantaseé siendo jovencita, con rasgos firmes que hablan de fortaleza, de determinación y de ese puñado de sueños que llevo aún prendidos en el corazón. Hasta mi destartalado dormitorio me parece al fin hermoso y esos escasos enseres que he acumulado a lo largo del tiempo son algo más que objetos, llevan vida, mi propia vida y cada día me resultan más bellos.
Etiquetas: climaterio, hiperactividad
4 junio 2013 a las 15:57 |
me alegro que el dia fuera más bello. saludos y feliz tarde
6 junio 2013 a las 13:10 |
Todos lo son, pero no siempre lo vemos. Gracias, belleza.
4 junio 2013 a las 16:25 |
Yo, sin embargo, no quisiera más que quedarme en la cama. Son los dos extremos del mismo problema. Un beso.
6 junio 2013 a las 13:11 |
También tengo días en los que no deseo sino refugiarme bajo las sábanas, Susana.
4 junio 2013 a las 16:29 |
Pues te imagino con ese sombrero y ese bello vestido como una diosa si los niños siempre dicen la verdad. Del climaterio sólo es cuestión de tiempo ya verás que poco a poco te vas adaptando y asumiendo que es otra etapa más en al mujer, yo diría que incluso más bella, con más serenidad ánimo que puedes, preciosa lo tienes todo!!
Un abrazo desde mi blog de cine
Carmen
6 junio 2013 a las 13:12 |
Es un proceso de adaptación, como bien dices, pero en mi caso, al ser hiperactiva, se está convirtiendo en una enfermedad. Me pasaré por tu espacio de cine, Carmen.
4 junio 2013 a las 17:15 |
Señora de las cuatro décadas
Y pisadas de fuego al andar
Su figura ya no es la de los quince
Pero el tiempo no sabe marchitar
Ese toque sensual
Y esa fuerza volcánica de su mirar.
Señora de las cuatro décadas…
Arjona
4 junio 2013 a las 18:13 |
Genial.
6 junio 2013 a las 13:17 |
Preciosa la canción, cruz ¡Gracias mil!
6 junio 2013 a las 15:53
La escuchaste alguna vez?
6 junio 2013 a las 21:47
Después de leer el comentario… ¡Muy bueno lo de la grasa abdominal! 🙂
4 junio 2013 a las 17:23 |
Bella música acompaña a tus letras, poniéndoles sonido a sus luces.
Cada etapa de nuestras vida es un regalo, con sus peculiaridades, y toda ella en su conjunto (la vida) es un regalo que por desgracia termina demasiado pronto.
Un Abrazo querida amiga 🙂 .
6 junio 2013 a las 13:18 |
Como bien dices, la vida es un regalo y un milagro. Besos.
4 junio 2013 a las 18:14 |
Me quedo con esos sueños que llevas prendidos en el corazón…
Los llevas.
Un abrazo, Zambu.
6 junio 2013 a las 13:18 |
Sí, los llevo, pero ya van tardando, Bypils. 😉
4 junio 2013 a las 19:03 |
Te admiro… veo una luchadora.. continuamente sabiendote, y luchando.
En cuanto al climaterio, todas andamos hacia él.. es otra etapa que tenemos que pasar.. pero nada..nada,, que con la compañia de los blogs.. que se eche a temblar ese tal climaterio ;).
Besos Zambu 🙂
6 junio 2013 a las 13:19 |
Acabo de empezar con esta hª, Inspi, y me estoy volviendo tarumba. Tú eres algo más jovencita… El climaterio no tiembla, pero yo tampoco lo hago. Un abrazo.
4 junio 2013 a las 19:47 |
Compleja etapa. El cuerpo cambia, las hormonas andan revolucionadas y hay que empezar a tomar decisiones transcendentales para la vida. Vaya, casi igual que en la adolescencia 😉 Aunque ahora se puede empezar a arrojar lastre, prescindir de personas y cosas superfluas, no rendir cuentas a nadie más que a una misma, adueñarse del propio destino…Puede ser duro al principio pero creo que es una buena etapa.
Un beso, Nuria.
P.D. Te imagino muy guapa por las calles de tu ciudad con esa pamela rosa 🙂
6 junio 2013 a las 13:21 |
Sí, es compleja. Me imagino que cuando se calma la revolución hormonal, uno saborea la vida de otra manera. Parece que el climaterio abunda mucho en la blogosfera. 🙂 🙂 🙂
4 junio 2013 a las 22:19 |
Los niños y los borrachos son los que suelen decir las verdades ¿no?, yo ni una cosa ni otra, pero te veo muy guapa, más quisiera yo llegar a la mitad.
Besotes.
6 junio 2013 a las 13:21 |
La de la foto del post no soy yo, Dess; es una modelo. 😉
6 junio 2013 a las 15:21
Ya, pero a tí te tengo visto en algún artículo de esos de las presentaciones del libro 😀 que uno cotillea.
5 junio 2013 a las 9:31 |
Me siento absolutamente identificada contigo. A mí me está sentando fatal también esto del climaterio. Besos
Ana
6 junio 2013 a las 13:23 |
Como le decía a Juana, parece que todas andamos en esta historia. Al principio, sienta mal. Parece que cuando las hormonas se calman, sobreviene el sosiego. Estoy deseando atraparlo, Ana. Ánimo a ti también, mucho ánimo.
5 junio 2013 a las 14:21 |
Me encanto este post Nuria, tan sincero, tan maduro y lleno de cordura a pesar de todo y lo que te recrimines. Quiza eres más hermosa de lo que piensas y lo verías al verte con otros ojos, como los de aquella niña…
Un fuerte abrazo.
6 junio 2013 a las 13:24 |
Quizá lo sea, quizá. La mirada sobre nosotros, sobre el otro y sobre el mundo es fundamental. Un placer tenerte aquí, querida.
6 junio 2013 a las 2:27 |
SABER NURIA ME HA ENCANTADI QUE UBA NIÑA DIJERA QUE UBAS MUY GUAPA, LA VERDAD ES QUE PARI LO ERES Y LOS NIÑOS NORMALMENTE DICEN SIEMPRE LO QUE PIENSAN, EN CUANTO A LO OTRO ES EL DESTINO DE LA MUJER EN SI Y ES ALGO PASAJERO QUE VON EL TIEMPO Y Y CON TI VALENTIA PODRAS LLEVAR ADELANTE, CENTRATE EN LO QUE HACES MU BIEN » ESCRIBIR» Y NO LO DEJES AUNQYE A VECES TE SIENTAS CANSADA, TODO ES PASAJERO, SIHUE ADELANTE, YA SABES QYE TE ANIMI A HACERLO SIEMPRE, UNABRAZI MUY FUERTE
6 junio 2013 a las 13:24 |
UN ENCANTO DE NIÑA, LA HUBIERA CUBIERTO DE BESOS, LA VERDAD. 🙂
9 junio 2013 a las 20:36 |
Paciencia amiga, el climaterio al principio es muy incómodo, pero con determinación y esfuerzo le gana uno la batalla.
¡Que tiene una mucha experiencia para que venga una menupausia de nada a aguarle a uno la fiesta! 😀
Besazo
10 junio 2013 a las 13:06 |
El no dormir es lo que más altera, Dolega. Hay días mejores y días peores y una, sin llegar a acostumbrarse, va aprendiendo pequeños trucos. Gracias.
16 junio 2013 a las 23:56 |
Por diferentes razones estoy pasando por una etapa de muy maldormir. Y eso afecta, no estas al 100 x 100. Pero aun así, en los momentos de serenidad reflexiono y pienso que aqui hay una oportunidad de aprendizaje, difícil, pero mi tarea es averiguar cuál es para no perder la ocasión. Quizás te sirva mi experiencia 🙂 por lo menos lo que va transcurrido hasta ahora
21 junio 2013 a las 21:59 |
De todo se aprende, Laura. No es la 1ª vez que me ataca el insomnio. Se pasa mal, pero lo mejor es recibirlo con buena cara; de lo contrario, una se quema más de la cuenta.