A veces entre las horas se cuela alguna actividad que quizá debió haber sido postpuesta: el día se desbarata y uno, por mucho que se empeñe, no logra enderezarlo. Así ando hoy, un poco sin saber qué hacer y con un peso a cuestas que me ha robado los bríos con los que saludé la mañana. Son, por lo general, tonterías, pero que tocan ahí donde más duele y uno se topa con esa realidad en la que sólo él mismo tiene cabida; los otros, con tanta ocupación, andan resolviendo asuntos y trajinando con esa rutina que absorbe tiempo y energía, aunque, para mi asombro, se quejen de soledad. Ya me gustaría a mí un poco de esa soledad que otros saborean mientras comen acompañados, charlan en el trabajo y llegan a casa con ganas de apartar los ruidos para refugiarse en un libro, en internet o en una buena película. El problema surge cuando esas necesidades sociales, como es mi caso, no están cubiertas y cuando uno adora relacionarse y precisa de la gente tanto como el comer; una losa entonces parece aplastarlo. Soy una eremita, no por elección, sino porque ha sido lo que me ha deparado la vida, precisamente a quien más ama la compañía de sus semejantes. Hoy he caído en la cuenta de que, excepto por la breve charla con el carnicero, llevo varios días sin hablar con ningún ser humano. Ésa y no otra es mi realidad. Había pensado en un baño en la piscina; las noches son frescas y el sol no calienta todavía con fuerza. No obstante, voy a arriesgarme a cogerme una pulmonía. Necesito alguna sensación fuerte que me saque de este abatimiento que me ha impedido alcanzar las pequeñas metas que hoy me había marcado. Antes de ese baño insensato, pensaré en las nubes que el domingo, conforme regresaba a casa, festoneaban el horizonte; escalonaban el cielo con una precisión asombrosa. Hubo un momento en el que todo se me antojó un decorado excepto esas gloriosas nubes que exhibían su belleza. Todo era irreal, excepto ellas. Tal vez tampoco yo exista.
19 junio 2012 a las 23:48 |
La soledad, si no es elegida, es muy puñetera. Muchos ánimos!!!
20 junio 2012 a las 11:10 |
Tú lo has dicho, muy puñetera.
20 junio 2012 a las 1:28 |
SI QUE EXISTES, ERES REAL Y SI NO PORQUE HAS PUBLICADO UN LIBRO Y PIBLICARAS OTRO, VIVIMOS EN UN MUNDO QUE YA NO SE DICEN BUENOS DIAS, NI BUENAS TARDES, NI BUENAS NOCJES, NI TANSIQUIERA SE PIDE PERDON POR BADA, O SEA QUE ESTAMOS EN MUNDO DESHUMANIZADO, LOS AÑOS 60 DEL SIHLO PASADO FIERON MEJORES, TODAVIA HABIS HUMANIDAD. DE TODAS MANERAS SIEMPRE QUE QUIERAS HABLAR CON ALGUIEN AQUI ESTOY YO Y APROVECJANDO LAS NUEVAS TECNOLOGIAS LO PODEMOS HACER, UN ABRAZO
20 junio 2012 a las 11:11 |
SI TE SOY SINCERA, ESTOY UN POCO HARTA DE TECNOLOGÍAS. PASO DEMASIADO TIEMPO DELANTE DEL ORDENADOR Y LO QUE QUIERO SON RELACIONES REALES Y NO VIRTUALES.
20 junio 2012 a las 1:58 |
Me gusta la soledad, si la eligo yo…
Besotes guapa!
20 junio 2012 a las 11:11 |
Elegida es magnífica; impuesta a la fuerza es terrorífica.
20 junio 2012 a las 10:57 |
Podemos estar rodeados de personas y estar sólos, ésa en una mala soledad, porque nos muestra a la cara nuestra incapacidad de relacionarnos.
Si son las circunstancias las que nos tienen aislados siempre podremos intentar cambiar la situación.
Me ha gustado éste escrito.
Un Abrazo querida amiga. 🙂 .
20 junio 2012 a las 11:12 |
Llevo años tratando de cambiar esa situación; a determinada edad, es muy complicado. La gente está asentada, con sus cosas y va a lo suyo. Gracias, Joaquín.
20 junio 2012 a las 15:59 |
Aparte de mi familia, yo apenas tengo tampoco con quién hablar. Los amigos virtuales me sirven de sucedáneo, pero no es lo mismo. Un beso.
22 junio 2012 a las 12:02 |
Ya tienes a tu familia, Susana, ya es algo. Los amigos virtuales, salvo raras excepciones, son sólo «virtuales». Buen finde.
20 junio 2012 a las 16:10 |
Sabes que me da un poco de tristeza leer esto, yo que tu también haría lo mismo, saldría aun inconscientemente aunque me pescara alguna enfermedad, a nadar, bien, a correr que es lo que habitualmente hago. El ejercicio nos ayuda increíblemente, y allí adonde uno va siempre hay muchos otros con los cuales compartir.
Un abrazo en la distancia.
22 junio 2012 a las 12:03 |
Llevo dos días sin nadar, pero hoy lo intentaré. Ayuda mucho el ejercicio, la verdad.
20 junio 2012 a las 20:23 |
Es una difícil situación, sobre todo si te gustan las relaciones sociales. Aunque creo que la soledad no es propia únicamente de aquellos que viven solos, hay mucha también entre personas que viven, en teoría, acompañados. Me pregunto si no forma parte de la naturaleza del hombre; a fin de cuentas venimos al mundo solos y nos vamos de él solos.
Anímate, a ver si esas espléndidas nubes que describes se llevan todo el abatimiento de ahora y dejan un brillante cielo azul.
Un abrazo.
22 junio 2012 a las 12:05 |
Forma parte de la naturaleza del hombre, pero el tener un poco de compañía viene bien. Luego cuando uno pierde a esos compañeros que supuestamente le hicieron sentirse solo, los echa de menos. Por algo será. Gracias, Juana.
20 junio 2012 a las 22:33 |
Vivimos en una sociedad donde la soledad es cada vez más frecuente, las prisas, los coches nos privan, por ejemplo, de estas relaciones de vecindario que eran antes tan amenas. Unos días resulta más fácil soportarla, otros muy cuesta arriba.
Un abrazo, querida zambu.
22 junio 2012 a las 12:13 |
Hay días muy difíciles, la verdad. Un abrazo.
21 junio 2012 a las 0:13 |
Creo que la clave de todo esto, reside únicamente en nosotros.
A mi tambien me encantan las relaciones sociales, pero no todo me vale, no me amoldo demasiado bien a seguir una rutina establecida de antemano e incondicionalmente, y ahí reside el problema, que para tener un grupo, hay que estar en el grupo, actuar con el grupo y moverse en grupo.Creo que somos demasiado independientes para eso.
22 junio 2012 a las 17:54 |
Soy, al igual que tú, poco gregaria y me gusta la gente pero también la independencia. Ahora, como hay tanta soledad, surgen grupos aquí y allá que al final acaban siempre yendo de bar en bar, algo que detesto. Son grupos variopintos y resulta complicado encontrar gente que te llene un poquito, así que uno regresa a casa más hundido de lo que salió. Aquéllos con los que hay más afinidad, están muy ocupados y una se cansa ya de llamar. Es complicado,la verdad.
21 junio 2012 a las 9:32 |
Es tan importante sentirse acompañado!!!!!. La soledad es tan triste cuando no se elige!
Besos
Ana
22 junio 2012 a las 17:55 |
Sí, es muy importante. Buen finde, Ana.
21 junio 2012 a las 23:53 |
No me puedo quejar de soledad, pero me imagino que tiene que ser duro. Yo no se, si lo podría soportar.
Te comprendo muy bien.
Besitos
22 junio 2012 a las 17:55 |
Uno lo acaba soportando todo, Mercedes.
22 junio 2012 a las 7:42 |
La soledad… bueno, estamos acompañados de toda la Corte Celestial y muy cerquita de nuestro Ángel Custodio… Fe, Esperanza y Caridad son tres amistades que animan ciertamente!!! Besos y mucho ánimo!!
22 junio 2012 a las 17:55 |
Animan, pero el hombre no fue creado para estar solo ni es bueno que lo esté. Gracias, Maizal.
22 junio 2012 a las 14:17 |
Eres una persona interesante, así que encuentra personas interesantes, y conócelas. La soledad abate tanto…¡no te dejes!
Un besazo 🙂
22 junio 2012 a las 17:56 |
No me dejo, no me dejo. Gracias, Explorador.
22 junio 2012 a las 18:11 |
La soledad es parte integrante de nuestras vidas. Algunos la empañan con la familia, otros la compartimos con los amigos. En cualquier caso es necesaria para poder pensar y meditar sobre nuestra vida. Espero que encuentres con quien compartirla. Un saludo
22 junio 2012 a las 19:30 |
También yo lo espero. Gracias, Concha.
23 junio 2012 a las 16:59 |
He pasado por momentos de soledad, así que sé de lo que hablas. animo, escritora.
23 junio 2012 a las 17:03 |
🙂 🙂 🙂