No hay desaforados gigantes dispuestos a engullirme al primer descuido, sino molinos de viento cuyas aspas giran conforme a sus premisas y no a las mías. Tan pronto se desvanece la sensación de peligro, gracias a una conversación telefónica, el terror va poco a poco abandonándome. Para conjurar la angustia, bailo al son de bossa nova y de Carmen Miranda con una colorida maraca que adquirí días atrás con la intención de agitarla cuando el horizonte se emborronara. Hay motivos para caer en el desespero, el que arrambla con cuanto poseo, así que me contoneo con una maraca al tiempo que canto a voz en cuello. Tras la danza, me han venido a las mientes un montón de razones por las que sentirme orgullosa de mí misma. Las he enumerado mentalmente y, para dejar constancia de mis diminutas hazañas, las he escrito y descrito en mi libreta verde manzana, la de las magias. Me he puesto un límite de cien logros; eran demasiados, lo sé, pero había que intentarlo. Según me manchaba de tinta, me he llenado también de emoción y alegría. Me he remontado a la infancia, a la adolescencia, a la primera juventud y he hallado pequeños y hermosos gestos de los que, sin ser grandes gestas, me enorgullezco. Es maravilloso recuperar la propia piel y sentir que de nuevo la vida me pertenece; al hacerlo, la esperanza comienza a cosquillearme y a susurrarme bondades: saldrán buenos frutos de mis andanzas.
4 septiembre 2016 a las 17:21 |
¡Hola, Nuria!
A pesar de que llevaba tiempo sin pasar por WordPress porque me había tomado unos días de relajación, regresar por este rinconcito es un placer porque tus palabras siempre me aportan algo nuevo. Espero que sigas enorgulleciéndote de tus pasadas hazañas y emprendiendo nuevas en esta aventura quijotesca que es la vida. Ah, muchas gracias también por los hermosos comentarios que siempre dejas en mi blog.
Un abrazo
6 septiembre 2016 a las 20:39 |
Si me quedara en el pasado, nada avanzaría. Aquí andamos detrás de nuevas hazañas, Miss Poessía. Gracias.
4 septiembre 2016 a las 20:11 |
¿Puede existir algo más genial para un escritor que el que sus dedos se vuelvan a manchar de tinta? Eso quiere decir que cogió de nuevo la pluma y la usó….y la inspiración le desbordó y escribió y escribió y las puntas de sus dedos volveieron a sentir que la tinta entraba por sus poros….
Besos Zambu
6 septiembre 2016 a las 20:39 |
Te veo muy animada a retomar la escritura. Te hará mucho bien, winnie.
5 septiembre 2016 a las 18:07 |
[…] zambullida […]
5 septiembre 2016 a las 23:57 |
Preciosa reflexión..
6 septiembre 2016 a las 20:40 |
Gracias a ti por leerla, bella.
1 octubre 2016 a las 15:59 |
Me encanta.
5 octubre 2016 a las 13:11 |
Gracias!!