Arriesgar supone aventurarse en terrenos ignotos en los que uno puede toparse con serpientes, arenas movedizas o brujas malévolas con la apariencia de esas hermosas criaturas que yo siempre he imaginado orquestando sinfonías en la que las notas son dictadas por los anhelos. No hay discordancia posible si los empeños están guiados por el afán de perseguir un sueño, de expresar nuestras emociones de una forma más bella y creativa, de arrumbar dudas y miedos; de lanzarse en paracaídas desde una alta cima para sentir el cielo como una parte más de lo que compone el día a día y prescindir de esos suspiros que lanzamos al aire para dar rienda suelta a angustias, recelos y al sinfín de temores que condicionan nuestra existencia. Sucederá que, al abrazar los retos, el mundo comenzará a transformarse; lo hará con suavidad, para no atolondramos, pero lo hará también con presteza. Rozar el ridículo es saludable y altamente recomendable. Lanzarnos a empresas audaces favorece la alegría y las capacidades; los pasos serán cada vez más amplios y hasta los titubeos de los comienzos se tornarán un día en firmes zancadas que a más de uno dejarán boquiabierto. Me tiro a diario desde un trapecio cada vez más elevado y ya lo hago sin red; las consecuencias ya no me inquietan, sino que me alientan. Lejos de arredrarme, el vértigo me empuja a subir más y más alto. Me he convertido en trapecista y en una adicta al riesgo; es tan apasionante que no entiendo cómo he podido vivir tantos años sin despeñarme por precipicios, sin zambullirme en las profundidades del abismo.
P.D.: Esta nueva etapa que estoy viviendo me ha llevado a abrirme, ¡al fin!, una cuenta en Instagram. Allí iréis siguiendo mis locuras. Habrá próximamente muchas sorpresas.
19 octubre 2015 a las 9:41 |
Yo sigo prefiriendo la tierra firme. Un beso.
28 octubre 2015 a las 22:11 |
El asumir riesgos no te aleja de tierra firme, sino que te afianza más en ella.
19 octubre 2015 a las 12:15 |
El riesgo genera esa especie de morbo que no nos atenaza sin medir las consecuencias..
un saludo…me agrada las sensaciones que despiertas
28 octubre 2015 a las 22:13 |
Nos hace actuar como los niños y permite que aflore lo mejor de nosotros mismos.
20 octubre 2015 a las 1:48 |
Si no nos arriesgamos nunca sabremos lo que podremos alcanzar. Saludos desde Más que vivir, un abrazo!
28 octubre 2015 a las 22:14 |
¡Exacto! Uno no puede andar todo el día quejándose si no se ha aventurado siquiera a asomarse a sus deseos.
20 octubre 2015 a las 16:15 |
Hay que explorar terrenos ignotos y eso siempre entraña riesgo….
Un Abrazo Nuria 🙂 .
28 octubre 2015 a las 22:15 |
Y el riesgo genera adrenalina y uno se lo pasa en grande, una vez vencido el miedo.
25 octubre 2015 a las 18:34 |
EL TIESGO PUEDE SER BENEFISIO PUES COMO YA SABES , ESTE VA AL 5O% DE SALIR BIEN O SALIS MAL, EN LA NORMALIDAD ESE PORCENTAJE AUMENTE A FAVOR DEL BIEN, UN ABTRZO NURIA
28 octubre 2015 a las 22:16 |
No entiendo de porcentajes, soy de letras. Me gusta lo que dices del bien, Lamberto. Gracias mil.