Me he tomado unos días de descanso en los que, para variar, las obligaciones no me han zarandeado, en los que ha aparcado mis escritos y me he volcado en la lectura, en los paseos y en tonterías que a diario no puedo saborear por falta de tiempo y de organización. El viento aullaba y casi asustaban sus lamentos; creí por un momento escuchar los gemidos de los hombres. Paseé con mis orejeras, con dos pares de jerséis, con la bufanda y con unos guantes agujereados y de un tejido polar tan cálido que otros días, al coger el cuerpo temperatura, he tenido que prescindir de ellos. Salí cuando los últimos rayos de la tarde alumbraban el mundo y entre matojos, cebada y avena salvajes me fui abriendo paso mientras el viento me golpeaba y lloraban los ojos a causa del frío. De pronto, aquel campo moribundo se cubrió de plata y me vi a mí misma avanzando por un paraje tan hermoso que parecía irreal; no caminaba ya por un breñal, sino por una tierra bañada por esa luz que desprenden las estrellas en estas noches gélidas, una tierra que las mismísimas hadas se disputarían si supieran de su existencia. Hace tanto tiempo que vivo aquí que ya ni recuerdo lo que se hacía los domingos en la ciudad; no logro verme entre bloques de hormigón y si lo consigo, me estremezco sólo de pensar en privarme de esta dulzura indefinible en la que todo tiene color, aroma y sabor. El día se va yendo y queda ya un oscuro manto de silencio y de gozosa espera; es la paz y la belleza que traen consigo el Adviento.
1 diciembre 2013 a las 20:09 |
Magnífico.Belleza en estado puro…
Besos!
9 diciembre 2013 a las 22:35 |
¡Gracias!
1 diciembre 2013 a las 20:21 |
Me encantan tus relatos, son preciosos con una gran sensibilidad, para hacerme ver lo que cuentas, aquí todo lo que hay es belleza y elegancia, hermosa pintura y lindo vídeo.
felicidades Núria
9 diciembre 2013 a las 22:36 |
Hacerte ver las cosas, como dices, es un gran logro. Gracias.
1 diciembre 2013 a las 20:28 |
Enviado desde mi iPad
9 diciembre 2013 a las 22:37 |
Olvidaste escribir el comentario… 🙂 Sé muy bienvenida a esta casa mía, Elvira.
1 diciembre 2013 a las 21:00 |
Bien hecho, Zambullida, cuando el cuerpo y el alma piden descanso, descanso hay que darles. 😉
¡Feliz Adviento! Miles de bendiciones para ti.
9 diciembre 2013 a las 22:38 |
Ojalá siempre fuera capaz de hacerlo, Juana. Fuerzo mucho la maquinaria… Feliz Adviento.
1 diciembre 2013 a las 21:39 |
Yo es que todos los recuerdos de tu tierra que tengo de haber ido en invierno son de frío de esos de hacer que no sienta ni las manos, era leerte y ya me estaba entrando el frío 🙂
9 diciembre 2013 a las 22:40 |
¡Ja,ja,ja! Este mes el frío está siendo muy intenso, pero hay también días soleados y agradables. Abrígate, Dess.
2 diciembre 2013 a las 2:05 |
DE DONDE SACAS ESA FACILIDAD DE PALABRA QUE COMO YA TE DIJE SIVER LO VEO, EL CAMPO, EL CAMINO LA NOCHE EL FRIO TODO Y LO QUE MAS ME GUSTA ES QUE HAYAS PASADO UN DIA PRECIOSO Y RELAJADO, UN ABRZO NURIA
9 diciembre 2013 a las 22:40 |
COMO SIEMPRE, GRACIAS POR PASARTE POR AQUÍ. UN ABRAZO.
2 diciembre 2013 a las 14:47 |
Lugar bello, aun siendo gélido el instante…
Un abrazo para entrar en calor.
9 diciembre 2013 a las 22:41 |
Muy gélido, pero muy bello. Un abrazo de vuelta.
2 diciembre 2013 a las 15:47 |
La paz y la belleza, reside allí en el alma de los que saben mirar… me gusta como describes tus paseos.
Un abrazo 😉
9 diciembre 2013 a las 22:42 |
Disfruto mucho paseando, mirando y tratando luego de plasmarlo. Gracias.
2 diciembre 2013 a las 17:26 |
La nieve y el hielo confieren a lo cotidiano un aspecto mágico escondiendo lo que nos desagrada por su dureza.
Un abrazo
9 diciembre 2013 a las 22:42 |
La nieve y la escarcha son mágicas.
2 diciembre 2013 a las 20:10 |
Cuando las fechas que nos son importantes se acercan, todo nuestro cuerpo se prepara y es capaz de ver y sentir todo aquello que habita en nosotros y que nos dice algo importante.
Un Abrazo Nuria 🙂 .
9 diciembre 2013 a las 22:44 |
Tal vez sean las fechas, como dices.
2 diciembre 2013 a las 20:32 |
Preciosas letras, pero la visión del hielo hace que me frote las manos para entrar en calor 🙂
Besazo
9 diciembre 2013 a las 22:44 |
Con mis guantes, no te haría falta.
4 diciembre 2013 a las 1:27 |
Una redacción íntima que involucra lo escabroso del paisaje, con el frío intenso y el cuerpo doliente y el primer domingo de adviento, donde la luz se hace calor y plata celeste. Un abrazo y cuando me dará el honor de recibirla … un abrazo grande Rub
9 diciembre 2013 a las 22:45 |
Fue un día mágico y plateado aquel primer domingo de Adviento. Gracias, Rub.
7 diciembre 2013 a las 16:09 |
Precioso. QUé pena no ver una foto de ese paisaje que describes
9 diciembre 2013 a las 22:46 |
Tendría entonces menos gracia, Laura. Es mejor imaginarlo, soñarlo. 🙂