El sueño dejó hace ya una semana de codearse conmigo; estoy cansada, muy cansada, pero también animada; pese a lo vivido en los últimos meses, pese a alguna incursión en el desánimo, no he extraviado el camino. La única fuente de verdadera alegría es el amor por la verdad, por la belleza, por la bondad. Y cuanto más se va adentrando uno por estos senderos, más indiferente resulta el abanico de placeres que regala la vida. Si no hay detrás de ellos un bien genuino, defraudarán. No es una elección: ir a contracorriente sorprende y molesta; cuando uno deja que sus pasos sean guiados por el conocimiento de la verdad, los males que asolan el mundo se muestran contumaces y sin disfraces. La mentira trae consigo perversiones sin fin… Si la verdad deja de importar, los comportamientos se flexibilizan tanto que hasta el Mal encuentra justificación y es manipulado por cualquier ignorante que respalda las consignas de otros aún más ignorantes pero más malévolos; pensar apenas entra en los planes del día a día, sólo cuentan la evasión y el deleite. Uno se topa con extraños caracteres que abogan por causas absurdas sin saber siquiera cómo argumentarlas, pues la razón va de la mano de lo que es verdadero y real. Esa realidad es apasionante y sobrecoge por su hermosura, por los innumerables provechos que el hombre obtendría si sucumbiera a ella con la misma facilidad con que se entrega al mal, que pasea insistente frente a unos y otros en busca de adeptos. Hay quien, sin embargo, sacrifica dinero y prestigio por perseguir un bien mayor que a ratos parece abandonar a los hombres a pesar de su radicalidad. Cuando se banaliza el mal, utilizando la expresión de Hanna Arendt, el bien resulta menos atractivo y apetitoso. Algunos estamos aquí para recordarlo, cueste lo que cueste. Una servidora ya ha pagado un precio muy alto y sabe que vendrán pruebas aún más complicadas en las que la decisión entre uno y otro bando le depararán un buen puñado de disgustos. Los dones no siempre son gratuitos.
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2 julio 2013 a las 15:47 |
«Busquemos la verdad, no tú verdad ni la mía si no la verdad», y ¿quién sabe a ciencia cierta dónde está la verdad?, en un mundo superficial debe encontrarse en algún lugar más profundo y fuera del alcance de la vista de la mayorías.
Un Fuerte Abrazo querida Nuria. 🙂 .
10 julio 2013 a las 15:36 |
Fuera del alcance de las mayorías, Joaquín. La verdad te cambia siempre la vida.
2 julio 2013 a las 15:51 |
nunca se sabe que dice la vedad. tu no estes cansada, difrutala que la vida es lo mejor
10 julio 2013 a las 15:37 |
¡Claro que se sabe! En el fondo del corazón, uno sabe cuando se halla frente a ella.
2 julio 2013 a las 16:16 |
Banalizar el mal y justificarlo, no es el mejor camino para el hombre… interesantes tus reflexiones querida amiga, gracias por compartirlo y te un bello día. ´Ánimo muchos abrazos Rub
10 julio 2013 a las 15:37 |
Gracias a ti, Rub.
2 julio 2013 a las 17:07 |
El amor es el motor de la vida, el que nos impulsa y nos guía, el que nos hace caminar.
Un beso.
10 julio 2013 a las 15:37 |
Así debería ser, María, así debería ser.
2 julio 2013 a las 17:09 |
Trivial, insustancial, común.Eso dice la RAE que significa «banal».
Supongo que hay cosas » inbanalizables» en esta vida.Una de ella, tu forma de escribir.;-)
Abrazos.
10 julio 2013 a las 15:38 |
Mi escritura frente al verdadero bien es banal, Bypils.
2 julio 2013 a las 17:45 |
Cuando al atardecer, paseando por una playa cualquiera, se distingue a contraluz una perla que nadie había podido ver antes, es necesario pensar, no en el valor relativo del objeto, sino en el privilegio de haber sido designado para encontrarlo. Un fuerte abrazo.
10 julio 2013 a las 15:38 |
Encantada de tenerte aquí, Emilio. Precioso comentario. Un saludo.
3 julio 2013 a las 0:41 |
EL BIEN Y EL MAL, EL CIELO Y EL INFIERNO, EL PUNTO Y EL CONTRAPUNTO, LA VIDA NOS JUEGA LA MALA PASADA DEL DEBER DE ELEGIR, FURA TAREA. HAY QUE OPTAR A MI MODO DE VER POR LO QUE FAVORECE A TODO EL MUNDO, EL BIEN, A COSTA DE LO QUE SEA. LA RECOMPRENSA POR ELLO YA NOS LLEGARA, UN ABRZO NURIA
10 julio 2013 a las 15:39 |
BIEN DICHO, LAMBERTO.
3 julio 2013 a las 8:22 |
Banalizar el mal es el primer paso para hacer masa. De ahí a la esclavitud social, hay un paso.
Besazo
10 julio 2013 a las 15:40 |
Esclavitud, vacío y un dolor fiero.
3 julio 2013 a las 9:29 |
Desde luego, el mal siempre parece más atractivo. Un beso.
10 julio 2013 a las 15:40 |
A veces sí, Susana.
3 julio 2013 a las 19:54 |
Ir a contracorriente, cómo te entiendo. un saludo
10 julio 2013 a las 15:41 |
Siempre he ido a contracorriente, desde muy joven. No sé hacerlo de otro modo. 🙂
3 julio 2013 a las 22:55 |
A veces se confunden el bien y el mal.
10 julio 2013 a las 15:41 |
Se confunden con demasiada frecuencia, diría yo.
6 julio 2013 a las 13:47 |
Uno de los retos del ser humano es tener que elegir a cada momento y a la vez, renunciar a todo aquello que no se elige. A veces las dos alternativas son interesantes o nos atraen por igual. Es entonces cuando hay que echar mano de nuestros valores y tomar la decisión correcta.
Un abrazo.
10 julio 2013 a las 15:42 |
El fin nunca justifica los medios. No hay que olvidarlo a la hora de decidir, Juana.
7 julio 2013 a las 23:39 |
La verdad siempre por delante.Un camino difícil.a contracorriente que merece la pena recorrer.
Un abrazo, zambu.
10 julio 2013 a las 15:42 |
No conozco otro, normanda.