Hoy me he dado un capricho; he apagado el despertador y he permanecido entre las sábanas inventándome sueños que curiosamente me han sumergido de nuevo en el mundo onírico, donde he morado hasta casi el mediodía. Allí las rosas, aun marchitas, desprendían fragancias y esos bordes que va marcando el tiempo en sus pétalos las dotaban de elegancia y madurez. No había en aquel lugar vapores insanos, sólo flores y un desván en el que descubría arcones llenos de tesoros, de esos cachivaches que otros desprecian y que yo, como la niña que todavía soy, miraba con asombro. Cuando sin querer recuerdo la congoja que me aflige noto una tristeza muy profunda y un dolor que a ratos me impide caminar; el corazón está malherido. He decido preparar el primer puré de la temporada; antes, con tanto trabajo, apenas tuve tiempo. He añadido a la calabaza y a los puerros una hermosa y fresca hoja de acelga, porque el naranja no acababa de convencerme y así, al meter una pincelada de verde, los colores se mezclan y la crema luce como un prado en primavera. Sé que la pena acabará yéndose, pero llevará tiempo. Seguiré, entretanto, con mis tareas, pero ya de un modo más pausado. El cuerpo, además, se me ha rebelado y han vuelto los vendajes. El dormitorio está ventilándose y en un ratín me adentraré en esa estancia, en la que anoche se cobijaron los sueños, con la vieja escoba de caucho, el recogedor, la bayeta humedecida y el cubo de la fregona. Esos quehaceres cotidianos se me antojan una bendición.
P.D.: Mi lectora más longeva tiene 99 años y ahí sigue, lee que te lee. Su nieta, pese a vivir en Valladolid, prefirió encargar el libro por Internet para lograr esa, para ella, preciada dedicatoria. Muy bello.
El cuadro que adorna este post, «Desván y rosas», es de Ana María Pérez.
23 noviembre 2012 a las 17:12 |
Un cuartito con todas las flores de la memoria. Todos lo tenemos, para refugiar la noche, para acariciar en nuestro silencio los tesoros encontrados, esos más preciados. Los tuyos huelen a rosa madura, los míos a chocolate cálido.
A mí me gusta el naranja en el puré.
Un abrazo
26 noviembre 2012 a las 17:14 |
Ese olor a rosas entró en mi vida hace no muchos años. No me interesan los olores del pasado. Ahora que empieza a helar, se agradece un chocolatito con churros, ¿verdad? Aquí cada loco con su tema.
No me disgusta el naranja, pero quise inventarme una nueva tonalidad.
23 noviembre 2012 a las 17:21 |
La pena volará y sólo quedaran los buenos sueños, las esbeltas rosa y tu esplendorosa disposicíon a saborear y disfrutar los pequeños detalles de la vida, como ese puré.
Un abrazo
26 noviembre 2012 a las 17:15 |
Ojalá lo haga, Nergal, ojalá. Pocas cosas me han conmocionado tanto en la vida. Todo sirve. Todo. Un abrazo.
23 noviembre 2012 a las 18:55 |
Y ni te cuento si te despiertas….desayunas y luego te echas de nuevo Un gran beso
26 noviembre 2012 a las 17:15 |
Eso lo hacía mi abuela, reposar después del desayuno.
23 noviembre 2012 a las 19:16 |
Bellísimo el cuadro que nos reflejas en éste expléndido escrito.
Un Abrazo Zambullida 😉 .
26 noviembre 2012 a las 17:15 |
Gracias, Joaquín.
23 noviembre 2012 a las 22:06 |
Me has cautivado con la descripción de esas elegantes rosas marchitas. Me han recordado las rosas antiguas, las de nuestras abuelas,con aquellos aromas tan intensos y bellas hasta el último pétalo.
¡Anímate, Zambullida! No permitas que la tristeza anide en tu corazón.
Un abrazo.
26 noviembre 2012 a las 17:17 |
Las mías siguen siendo como las de antaño pues las cojo de rosales viejos y medio enfermos que siguen, pese a todo, regalando belleza. Lucho contra la tristeza, pero también hay que sentirla. Ignorar la congoja sirve de poco; lo que no hago es recrearme en ella. Gracias, amiga.
24 noviembre 2012 a las 0:19 |
enfin por un dia que te dediques a descansar no pasa nada, ya llevas encima un gran encargo que has de cumplr, un abrazo
26 noviembre 2012 a las 17:18 |
LLEVO YA VARIOS DÍAS DE DESCANSO. LOS NECESITO, LAMBERTO, LOS NECESITO MUCHO. GRACIAS.
24 noviembre 2012 a las 13:06 |
Hemoso desván el tuyo y hermosos sueños. El puré tiene buena pinta. 🙂
26 noviembre 2012 a las 17:19 |
El puré es sencillito, pero salió rico. Gracias, Solsticio.
24 noviembre 2012 a las 14:40 |
Precioso el pasaje de las flores… y el cuadro
26 noviembre 2012 a las 17:19 |
Lo del cuadro se lo diré a mi amiga; le hará ilusión. Gracias.
24 noviembre 2012 a las 18:23 |
Ayer, cogí las tres últimas rosas de mi balcón, huelen maravillosamente, como tu texto. Suavidad y nostalgia. Cocinas el puré de verduras como si fueses pintora! Me ha encantado.
Un abrazo.
26 noviembre 2012 a las 17:20 |
No me importaría ser pintora, Anne. Recuerdo que siendo niña dibujaba bien. Gracias, normanda.
24 noviembre 2012 a las 19:15 |
Mi vida está llena de objetos que traen dulces recuerdos. Un beso.
26 noviembre 2012 a las 17:20 |
Me alegra, Susana, me alegra mucho.
24 noviembre 2012 a las 21:06 |
Estupendo capricho, ojala se pudiera hacer más a menudo. Precioso elcuadro.
26 noviembre 2012 a las 17:21 |
Si lo hiciéramos a diario, no lo apreciaríamos.Coincido contigo: el cuadro es muy especial.
25 noviembre 2012 a las 10:00 |
Precioso escrito.
Me encanta ese capricho mañanero.
Tienes razón, ya llega la época de purés. 😀
Besazo
26 noviembre 2012 a las 17:22 |
Purés, sopas,legumbres y chocolate con churros. 🙂
26 noviembre 2012 a las 9:19 |
Sigues viviendo en ese halo de melancolía. ¿Que tal van las ventas? Espero que bien. Sé feliz
Ana
26 noviembre 2012 a las 17:23 |
La melancolía es una tristeza placentera y no me disgusta. También me río mucho. De todo hay, como es lógico.
26 noviembre 2012 a las 15:25 |
Puré de calabaza, que rico. Muy buena idea la de mezclarlo con acelga. Seguro que estaba buenísima. Un saludo
26 noviembre 2012 a las 17:24 |
Sólo una hoja de acelga, porque si no enmascararía el sabor de la calabaza. Fue, más que nada, por cambiarlo de color. Ese día me apetecía algo verde. Nada más. No salió mal, Concha.
26 noviembre 2012 a las 20:25 |
Tus descripciones siempre me llegan. Gracias por compartirlas, Zambu.
26 noviembre 2012 a las 23:33 |
Gracias a ti por leerlas. 🙂
26 noviembre 2012 a las 23:30 |
¡Ai mi Dios! 🙂 ¡Qué bien Zambu! Yo no soy de estarme en la cama una vez despierta, aunque por lo menos algún domingo me gustaría… jaja! Eso si, la siesta si!
26 noviembre 2012 a las 23:34 |
A mí, en cambio, las siestas se me resisten, aunque el cuerpo las precise. Envidia me das, Maizal ;).