Ceguera

No sólo los anhelos reposan en el fondo del corazón,  también lo hacen las emociones más intrincadas, a las que a veces no somos capaces de dar salida más  que a golpe de arrebato. Acostumbradas como están a contenerse, brotan como un chorro incontrolable, como cuando una tubería se rompe, e irremediablemente causan estragos. Y luego, claro, vienen las lamentaciones. El problema se agranda cuando éstas, quizá por salvar la imagen, se acompañan de prolíficas e innecesarias explicaciones y, sobre todo, de exigencias que, de no ser satisfechas,  acrecientan los daños de tal manera que en ocasiones damos al traste con algo construido con cariño y esmero. No podemos exigir que los demás se comporten como deseamos; dejarían de ser ellos. Además, cuando se piden razones suele ser, en realidad, para que se acepten las propias.  Nos regimos por un código particular que puede no gustar al resto, pero que es el nuestro y al que, por tanto, debemos respeto, nosotros y el resto. Es evidente que un mejor conocimiento del yo ayuda no sólo a comprender al otro sino que despierta en nosotros la compasión. Sin esa necesaria introspección, iremos, por añadidura, dando palos de ciego y culpando a otros de nuestras desgracias; cuando éstas, muchas veces, nos las labramos nosotros por esa ignorancia del yo que nos impide, entre otras cosas, vivir en en la verdad y, en consecuencia, en libertad, por tantas ataduras como nos hemos creado, pese a que no las veamos.  Sólo nos liberamos cuando llegamos a algo permanente.

En la mentira, vagamos sin rumbo: cumplimos con nuestras obligaciones, pero nuestro existir, apegado sólo a lo que la vista cree contemplar, pese a que tratemos de ir más allá, carece de sentido y ni siquiera el conocimiento adquirido basta para llenar el vacío.  Alguien dijo en este blog que la ceguera de uno mismo era la ceguera de la vida. No podría estar más de acuerdo y añadiría, parafraseando a María Zambrano, que un libro, mientras no se lee, es solamente un ser en potencia.

26 respuestas to “Ceguera”

  1. winnie0 Says:

    ¿sabes algo Zambullida? Durante un tiempo estuve ciegra..y no hay peor cosa que ir sin ver tu rumbo en la vida…Afortunadamente se hizo una luz en el tunel y llegué a ser yo misma…Lo que se ve es lo que hay. Un beso

  2. Gaby Says:

    Me gusta este post!! Siempre que se toca el tema de las emociones, saco provecho!! Es que vivimos emocionados, quizas sólo cuando nos vamos a dormir o cuando practicamos un ejercicio de relajación dejamos el mar de nuestra emoción en calma. Son imprescindibles las emociones, creo; por eso es imprescindible que fluyan libres de obstáculos y por eso es tan buena la ayuda de una terapia cuando tenemos tapones, bloqueos…en el flujo de nuestras emociones. Un abrazo!!

  3. Ernesto Says:

    Una profunda reflexión sobre la necesidad de quitarnos la venda y empezara vernos como realmente somos, y conocer realmente todo aquello que nos rodea. Creo que las emociones deben dejarse fluir, compartirlas y, tal vez, sirvan para que otras personas empiecen a descubrir las suyas.

    Un abrazo.

  4. LAMBERTUS CEGATUS Says:

    TU POST ES MUY ILUSTRADOR SOBRE LA VIDA, LA VERDAD Y LA MENTIRA, ME HA GUSTADO

  5. A.B. Says:

    Y pensar que hay personas que viven toda su vida con una venda en los ojos, a veces incluso conscientemente pues temen ver lo que está delante de ellos.

    Me gustó tu reflexión

    Un abrazo

  6. joaquinsarabia Says:

    Mientras no aceptes lo feo que hay en ti no podrás conocerte.
    Buen escrito. Un Abrazo. 🙂 .

  7. Antonio Says:

    La ceguera, la verdad, y la mentira, tres hermanas que se ven, según el color del cristal con que se miran, según dice el refrán, pero que verdad es. La peor ceguera no es la de los ojos, aunque es muy mala, sino la del que no quiere ver, la verdad está muy ligada a la ceguera, a la ceguera espiritual, y la mentira es lo contrario de la verdad y para eso existe para reafirmar lo autentico, lo mismo que adelante y detrás, claro y oscuro, alto y bajo, verdadero y falso.

  8. lourdes Says:

    gracias que Dios te bendiga gracias

  9. María del Carmen Rodríguez de Arce Rubira Says:

    La peor ceguera es la no vernos tal como somos, querer y aceptar a los demás tal como son sin quere que sean como nosotros queremos que sean. Al mentirnos a nosotro, mentimos a los dmás, no somos felices ni hacemos felices a quienes nos rodean.
    Me gustó muchísimo ésta entrada como todas las que escribes.
    Te dejo éste pensamiento de Aristóteles: «La felicidad depende de uno mismo».

    Con todo mi cariño amiga de siempre.

    María del Carmen

  10. tomae Says:

    …Es verdad Zambu! me has recordado un pequño callo que tengo en mi dedo meñique del pie derecho… a veces duerme, y aveces no duerme tanto… el otro día estaba en la cola de la panadería y alguien por error me pisó el pie… ¡una decena de huevos! espeté a la panadera cuando me tocó el turno, a saber en lo que estaba pensado yo, cuando una saber:
    a) no se venden huevos en las panaderías
    b) en el caso que se vendieran, lo suelen hacer por docenas, o medias docenas, no por decenas.
    Puede que el dedo meñique sea insignificante…puede, pero sólo con un pequeño roce de ese dedo meñique, podemos llegar a exclamaciones de lo más significantes, increíbles, o a veces absurdas, como esa decena de huevos… pero ya te digo yo, que cuando recuerdo ese minúsculo dedo… no dejo de pensar en todo… en todo menos en el Callista! mecachis!

    Un abrazo Zambu, me ha encantado este post!

  11. tomae Says:

    … ya he enviado algo ¿ soy un espam ? grrrr grrr

  12. Holle Frank Says:

    Tratar de vernos mismos con los ojos de los otros es un ejercicio necesario aunque no seamos muy efeciente en este ejercicio.

  13. zambullida Says:

    @ Winnie: También yo estuve ciega durante gran parte de mi vida. Aquí estoy acostumbrando a los ojos a la luz. De todos modos, a veces pierdo un poco de visión y toca ejercitarla. Da pereza, pero no queda otra.

    @ Gaby: Yo dejo las emociones en la piscina. Hay días en los que me cuesta más que en otros, pero lo suelo acabar consiguiendo. Tienes razón: vivimos emocionados, sin parar, sin descanso…; hasta en sueños afloraran las emociones. Me alegra tenerte en mi blog, me alegra mucho.

    @ Ernesto: El compartir las emociones es fantástico; la pena es que muchas veces nos topamos con la incomprensión. Hay mucha pose, mucha apariencia y esas emociones que otros nos transmiten nos recuerdan a aquellas que un día escondimos en el cuarto oscuro, para evitar acaso el dolor; entonces nos anestesiamos con lo primero que encontramos. Y yo lo entiendo, ¡cómo no iba a hacerlo!, pero eso no es vivir. Un beso.

  14. zambullida Says:

    @ LAMBERTUS: GRACIAS, AMIGO. ME ALEGRA QUE TE HAYA SERVIDO.

    @ AB: El miedo del que hablas es comprensible, de ahí que todos, al menos por un tiempo, vayamos como a tientas. Enfrentarse a lo que uno es siempre asusta, aunque uno, aparte de admitir sus propias sombras, se sorprenda de la belleza que esconde en su interior, de la luz que irradia sin saberlo y descubrirá facetas insospechadas de las que ni siquiera tenía noticia. El proceso es difícil y, al tiempo, fascinante.

    @ Joaquín: Lo feo y lo bueno. Hay veces que también ignoramos virtudes que permanecen ocultas. Gracias, amigo.

  15. zambullida Says:

    @ Antonio: Hoy tristemente impera la mentira; la verdad, la única que nos hace libres y felices, está arrinconada y, en algunos casos, pisoteada. La verdad es más exigente; requiere valentía y coherencia. La mentira proporciona coartadas para todo.

    @ Lourdes: Dios te bendiga a ti también, amiga; de hecho, ya te está bendiciendo. Gracias por pasarte por mi casa, muchas gracias.

    @ Mª del Carmen: Normalmente, no aceptamos al otro porque no nos aceptamos a nosotros mismos. El trabajo empieza con el yo y a partir de ahí las ramificaciones se van extendiendo a los demás.

    Me gusta la frase de Aristóteles. Un abrazo.

  16. zambullida Says:

    @ tomae: Está visto que este blog la tiene tomada contigo, ¡ja,ja,ja! y, en cuanto puede, te lleva a la sección de spams; pero aquí estoy yo para rescatarte, así que no gruñas. Para los callos, aparte del callista, están las cremas hidratantes específicas para pies. No olvides ponértela entre los dedos. Dile a tu Reina que te la compre. Yo la uso y no tengo ni una dureza. Me encanta que te encante este post. Un abrazo.

    Por cierto, aquí en las panaderias a veces también venden huevos.

    @ Holle: Para ponernos en el lugar del otro necesitamos empatía y compasión; ésta última viene con el conocimiento del yo. No obstante, a ratos resulta difícil; sin embargo, hay que intentarlo, una y otra vez. Si practicamos mucho, tal vez algún día lo acabemos consiguiendo o, al menos, aproximándonos. Besos.

  17. tomae Says:

    Si Zambu, de hecho salen con el arrebato, y en ese caso ¿recuerdas los mil demonios aquellos? no paran de bailar, a ton ni son…es entonces cuando bailan que te das cuenta que estaban alli agazapadas…¿es necesario que bailen los mil para darse cuenta? …y ¿tú crees que ha de pasar ese baile para compartirlas? … es que aveces están tan escondidas, que si no es por el pisotón ese no salen…¿no?

  18. NYC,1989 Says:

    espero que te lo estés pasando bien y traigas algo bueno y positivo para tu vida.muy bonito post. un besote

  19. sunsi Says:

    Un post profundo, Zambullida. Cuántas vendas. A veces nos da por sacar la de los demás y lo podemos hacer en la más absoluta ceguera. Y entonces dañamos. Porque la primera venda, la que tenemos más a mano, es la propia. Como está tan pegada, si nos atrevemos a arrancarla, se lleva también parte de egoísmo, de indiferencia,de rigidez…y nos hace más humanos. Así sí podemos mirar… y tal vez ayudar…

    Un beso y muchas gracias, escritora.

  20. Claudia Ibañez Says:

    Siempre que aparecen este tipo de cuestionamientos sobre poses y mentiras se me viene a la mente una de mis frases favoritas de Serrat: Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio…y ese aceptar que la verdad no tiene remedio es lo que más nos cuesta. Un abrazo Zambullida, bonito post.

  21. laverdadnoshacelibres Says:

    Ya sabes que somos del mismo equipo. El equipo de «La Verdad es la madre de la Libertad». Cada dìa aumenta mi «anhelo» de conocerte.

  22. zambullida Says:

    @ tomae: Si andan tan escondidos y necesitan siempre de pisotón es porque uno tiende a esconder sus verderas emociones y, claro, con tanto encierro, aprovechan la mínima para salir de golpe y armar mucho barullo. La expresión de las mismas es un ejercicio muy sano, aunque a veces exija valentía, porque a veces tiene un precio.

    @ NYC: Me he traído muchas cosas en la maleta. Ha sido una experiencia muy enriquecedora, aunque ha habido contracturas y un poquito de insomnio. He conocido a gente magnífica, he sacado conclusiones sobre mi vida y he recibido una buena noticia que podría, quién sabe, cambiar mi destino.

    @ Sunsi: Es interesante también ese no vernos. La ceguera nos permite conocernos a través de los demás, que reflejan fielmente tanto nuestras virtudes como, muy a nuestro pesar, nuestros defectos. Es difícil verse a uno mismo, pero tampoco es imposible.

  23. zambullida Says:

    @ Claudia: Sí, a veces cuesta aceptar la verdad, pero sólo con la aceptación viene el descanso. Un gélido abrazo desde España. Gracias por pasarte.

    @ La verdad: Ese anhelo tuyo tal vez algún día quede satisfecho. Nunca se sabe.

    Sin verdad, no hay libertad; muy al contrario: uno vive como encadenado, aun no siendo consciente de ello; ésa es la tragedia.

  24. Juanjo Fernández Says:

    Hola Zambullida:
    te dejo mi ventana siguiendo la iniciativa de Anne:
    http://jofz.blogspot.com/
    Un cordial saludo
    Juanjo

Replica a tomae Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.